MI HISTORIA
Mi nombre es José Luis Morales Yovera natural de Piura; soy el número 11 de 13 hermanos. En el 2001 vine a Lima para estudiar Ciencias de la Comunicación. El párroco de la parroquia Nuestra Señora de la Luz, en Comas me invitó a ser catequista. Siendo catequista conocí a la Renovación Carismática Católica y comencé un proceso de formación y encuentro con un Cristo vivo en un Grupo de oración Carismático “Luz de Cristo”. Allí Creció mi fe, mi amor por las escrituras y a los sacramentos. Estando perseverando en este grupo de oración descubrí mi vocación al sacerdocio. El Señor me llamaba a consagrar mi vida a Él. Al inicio tuve dudas y algo de temor a fallar y no responder a este llamado, pero Gracias a la Fraternidad Sacerdotal JESÚS VIVE del cual ahora soy miembro, me ayudó a discernir mi vocación para poder decir si al Señor para siempre. Empecé mis estudios en el seminario mayor san Martín de Porres de la Diocesis de Chosica y siendo seminarista comencé la misión de predicar a distintos lugares del país y Dios me iba confirmando el llamado y acompañando la misión con portentos milagrosos, recuerdo una misión en Ayacucho una hermana que había sido religiosa pero que por alguna razón dejo el convento había formado su familia, pero no era feliz porque la hija que había tenido nació enferma con leucemia y se echaba la culpa diciendo que era un castigo de Dios por haber dejado el convento, recuerdo que después de una predicación ella se acerco con su hija a la oración y me pidió que ore por su sanación, esto fue increíble Dios se manifestó en la niña derramando su gracia y después de años en un ECCLA (encuentro católico carismático latinoamericano)
me la encontré y grande fue mi sorpresa que a la niña, el medico le dijo que no tenia nada que su sangre estaba limpia y estaba completamente sana. Estos acontecimientos me llenaban de entusiasmo, se fortalecía mi fe y mi confianza porque confirmaban que Jesús me quería para el ministerio sacerdotal . Ahora ya soy sacerdote consagrado totalmente a Dios y a la predicación y soy testigo de cosas que para el mundo son imposibles. En una misión reciente en EE.UU después de una predicación una servidora del ministerio de música se me acerco para pedirme que ore por una jovencita que estaba muy mal en el hospital y que ya estaba desahuciada me enseño la foto en su celular y se veía muy mal tenia tubos por todos lados para respirar, hemos orando confiando en Dios ya que para El nada es imposible y después de una semanas estando ya en mi parroquia grande fue mi sorpresa al recibir un mensaje diciendo que la jovencita milagrosamente se levanto y que los médicos no podían explicar lo acontecido y que la joven ya estaba retomado su vida normal incluso la universidad. Ahora sé que Jesús está vivo y lleno de poder y mis ojos han contemplado su gloria y soy testigo de las maravillas que el sigue haciendo en su pueblo después que se anuncia su evangelio. Me siento realizado y soy el hombre más feliz porque encontré lo que siempre había buscado el amor misericordioso en plenitud” ¡Gloria a Dios!
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